El abadejo

El 22 de  enero del 1885 encontramos evidencia de una costumbre que había de acabar antes del fin del siglo XIX, pero que hasta su desaparición se efectuó con escrupulosidad. En enero se reunían a cerrar las cuentas los cabeza de familia. Se compraba abadejo, unos cincuenta panes, aceite y se pagaba a las cocineras. Este año por ejemplo se compraron 5 cántaros de vino para la ocasión.

Las cuentas las presentaba el alcalde y el mismo era el que anotaba en el libro todos los gastos.

 “ por el gasto que se acostumbra hacer el día de cuentas, á saber: por una @ de abadejo, 48 panes de 2 libras uno, cinco cántaros Vino con 6 libras aceite y el gasto de las cocineras, 200 pts.”