DE BADOSTÁIN A BERLIN ORIENTAL

Historia y compromiso de las hermanas Úriz

Operación Bolero-Paprika

El 7 de septiembre de 1950 el Gobierno francés de Réne Pléven puso en marcha la llamada “Operación Bolero-Paprika”. Cientos de militantes comunistas fueron deportados a Córcega, Argelia, Hungría, Polonia, Checoslovaquia o Alemania Democrática bajo la falsa acusación de colaborar en una supuesta invasión soviética de Europa. Muchos de ellos, pese a ser héroes de la Resistencia Francesa, fueron detenidos a horas intempestivas, de madrugada, y abandonados en “tierra de nadie”.

Psicosis de Guerra Fría

Detenciones de madrugada

Tras completarse la liberación de Francia, el Gobierno de París dotó a los resistentes españoles de documentos de residencia, facilitó sus publicaciones y permitió la actividad de sus organizaciones, como la “Amicale” de antiguos combatientes españoles de las FFI o la Unión de Mujeres Españolas (UME), a las que pertenecían las hermanas Úriz. Pero este reconocimiento apenas duró unos años. A finales de los años 40, la psicosis de la “guerra fría” convirtió a los hasta entonces “héroes” en peligrosos “agentes” de la URSS.

Carta de identidad de Pepita Úriz (verde) y carnet de Elisa certificando su participación en la Resistencia con el número 1.196. En el lugar de nacimiento: Navarra (España).

La operación, iniciada en la madrugada del 7 de septiembre, se denominó irónicamente Bolero-Paprika: Bolero para los españoles y Paprika (pimiento) para los comunistas del Este. A partir de ese momento, cientos de militantes serían apresados, en decenas de casos llevados a barcos y deportados a Córcega o Argelia. Las organizaciones y publicaciones vinculadas al PCE fueron prohibidas, entre ellas la UME, la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDMI), el Hospital Varsovia y hasta la Amicale de los antiguos resistentes.

Recortes de la prensa francesa anunciando las detenciones durante la Operación Bolero-Paprika.

Un silencio cómplice

En tierra de nadie

Como prueba de que se preparaba una invasión soviética, se mostraron los arsenales confiscados con armas, explosivos, multicopistas y radioenlaces. Incluso los prestigiosos periódicos Le Monde, France Soir o Le Populaire cayeron en la trampa. Muy pocas personalidades salieron en defensa de los antiguos “maquisards” españoles o recordaron que esos arsenales estaban destinados a derribar la dictadura de Franco. Entre esas voces sobresale la del Abate Pierre, fundador de Traperos de Emaus y antiguo colaborador de la Resistencia.

Henri Groués, más conocido como “abate Pierre”, a comienzos de los años 50.

Se cuentan por decenas las arbitrariedades cometidas por las autoridades francesas con los deportados. Por lo general, cuando, tras ser abandonados en “tierra de nadie”, eran localizados, pasaban a ser sospechoso de espionaje y eran recluidos de nuevo porque nadie había avisado de la operación. En algunos casos, la situación se aclaró gracias a las explicaciones dadas por el Partido Comunista Francés a las autoridades de Alemania Oriental; en otros, antiguos brigadistas alemanes que hablaban español hicieron de intérpretes.

Pasaporte y salvoconducto utilizados, respectivamente, por Pepita y Elisa Úriz para poder cruzar el “Telón de Acero” camino de exilio definitivo.

El nuevo exilio

En junio de 1942 son detenidos los principales cuadros de la organización parisina y el 30 de noviembre, según Elisa Úriz debido a la “traición de un miserable”, Josep Miret y otros cuarenta resistentes españoles. Tras pasar por las prisiones de La Santé y Fresnes, Miret fue enviado a Mauthausen clasificado como “NN” (Noche y Niebla), término usado para quienes no debían sobrevivir. El 17 de noviembre de 1944 resultó herido en un bombardeo aliado y el kapo de la SS Hans Bühner lo remató en el suelo.

Cementerio de Berlín Oriental donde se encuentran enterradas varias víctimas de la Operación Bolero-Paprika, entre ellas la familia Lafuente.

Reconciliación con Franco

Hay pocas dudas de que “Bolero-Paprika” fue una muestra más de la reconciliación entre el mundo “democrático” y régimen de Franco, ya que la Guerra Fría había convertido a España en retaguardia estratégica ante una hipotética invasión de Europa por la URSS. No es ninguna coincidencia que, solo dos meses después, el 4 de noviembre, la ONU anulara la prohibición de tener embajadores en Madrid. Francia, que ya había firmado acuerdos fronterizos en 1948, restablecería las relaciones diplomáticas con Madrid en diciembre de 1951.

Abrazo entre Eisenhower y Franco, sellando la reconciliación entre EEUU y la dictadura franquista.